Nuestro primer contacto fue por enero del 2020, visitaron el taller y me contaron la ilusión que tenía la novia por algo concreto. Arancha tenía claro que quería algo diferente y especial... no era ni más ni menos que un jardín vertical con rosas donde darse el sí quiero y más tarde usarlo como photocall.
La boda parecía estar encaminado para el 10 de octubre de 2020, y bueno….como os imagináis fue imposible debido a las restricciones. Fue un gran disgusto para ellos, como para tantos otros novios y que se vieron obligados a posponer no sólo la fecha de su boda, sino también a posponer las ilusiones, las ganas, la alegría por ese gran día. Los meses pasaron y por fin llegó el gran día 4 de septiembre de 2021, su fecha!!
Esta boda fue un auténtico regalo profesional para mi. Disfruté de cada detalle, de cada momento, de cada flor que iba poniendo hasta dejarlo tal y como quería, tal y como quería la novia.
Con Arancha e Imanol hablé en tantas ocasiones que fue imposible no tomarles cariño, no empatizar con ellos y no hacer de su boda como si de la mía propia se tratase. Novios especiales que solo ponen facilidades, que a pesar de todas las piedras del camino, siempre se mantuvieron cercanos, cariñosos y muy atentos, con una fe ciega en mi y mi trabajo. Una pareja con la que conecté desde el minuto uno y eso para mi es MAGIA.
¡Gracias por tanto, parejaza!
Además, os quiero añadir la opinión que dejaron en bodas.net